Domingo 18 de Agosto, 2024
La Casa Blanca está evaluando un conjunto de sanciones dirigido a altos mandos militares y de seguridad en Venezuela, en respuesta a la negativa del régimen de Nicolás Maduro a ceder la presidencia y su persistente represión, tras la clara victoria de Edmundo González Urrutia y María Corina Machado en las elecciones del 28 de julio.
Maduro y sus representantes han mantenido una postura intransigente frente a las consultas realizadas por Estados Unidos, Brasil, Colombia y la Unión Europea, sobre la posibilidad de abrir un canal de diálogo privado que facilite la transición democrática en Venezuela.
Los líderes opositores González Urrutia y Machado, quienes derrotaron al régimen en los comicios, han rechazado categóricamente las propuestas del gobierno venezolano.
Desde entonces, las potencias involucradas —EE.UU., Brasil, Colombia y la Unión Europea— han comenzado a delinear estrategias individuales para llevar a Maduro a la mesa de negociaciones. El líder venezolano parece apostar por desgastar la opinión pública, manteniendo el control sobre el aparato represivo, con la intención de postergar cualquier avance hasta después de las elecciones en Estados Unidos.
Según un miembro de la administración demócrata en Washington, Maduro ha dejado claro que no está dispuesto a negociar en dos ocasiones: una ahora y otra en el futuro, dependiendo del resultado de las elecciones