Martes 3 de Septiembre, 2024
Un trágico incidente tuvo lugar en la ciudad de Lehi, Utah, donde un niño de 8 años perdió la vida tras dispararse accidentalmente en la cabeza con el arma de fuego que su madre había dejado debajo del asiento del automóvil. El suceso ocurrió el lunes en el estacionamiento de una gasolinera.
Según informó el Departamento de Policía de Lehi, el menor fue encontrado con una herida de bala en la cabeza alrededor de las 19:39 horas (hora local) y fue trasladado de inmediato al Hospital Infantil Primario de Salt Lake en un helicóptero. Lamentablemente, falleció la mañana del martes, un día después del trágico accidente.
De acuerdo con declaraciones recogidas por el canal KSL TV, la madre del niño, que se encontraba dentro de la gasolinera al momento del disparo, salió corriendo desesperada al escuchar el tiro. “¡Se disparó, se disparó! Encontró el arma debajo de mi asiento y apretó el gatillo. Fue un accidente total”, exclamó.
La policía ha confirmado que el disparo fue involuntario y autoinfligido. Este caso se suma a una preocupante estadística sobre la violencia armada en Estados Unidos. Según datos de Gun Violence Archive, en lo que va del año, 166 niños menores de 11 años han perdido la vida en incidentes relacionados con armas de fuego.
Recientemente, el cirujano general de Estados Unidos, Vivek Murthy, señaló que la tasa de mortalidad por armas de fuego entre los jóvenes estadounidenses es alarmantemente alta, siendo casi seis veces superior a la de Canadá, 23 veces superior a la de Australia y 73 veces superior a la del Reino Unido.
Es importante destacar que, en 2020, las lesiones por armas de fuego se convirtieron en la principal causa de muerte entre niños y adolescentes en Estados Unidos, superando a los accidentes de tráfico.
