Jueves 23 de Enero, 2025
La obispa episcopal de Washington, Mariann Edgar Budde, lanzó un enérgico mensaje durante un servicio de oración en la Catedral Nacional, pidiendo al entonces presidente Donald Trump que mostrara compasión hacia los más vulnerables, especialmente los migrantes que temían ser deportados. En su sermón, Budde declaró: “Le pido que tenga misericordia, señor presidente, por aquellos cuyos hijos temen que sus padres sean arrebatados”.
Trump no tardó en reaccionar a las palabras de la obispa, calificándola de “desagradable” y acusándola de ser una “radical de izquierda” a través de un mensaje publicado en su red social Truth Social. Además, desestimó sus declaraciones al considerarlas “poco inteligentes” y “carentes de impacto”.
En respuesta a las críticas del mandatario, Budde se mantuvo firme en una entrevista con la revista Times, declarando: “No voy a disculparme por pedir misericordia para los demás”. La obispa también expresó que, aunque no teme por su seguridad personal, las verdaderas víctimas son las personas vulnerables que enfrentan el temor constante de ser deportadas.
El mensaje de Budde se centró en defender a los migrantes, señalando que la mayoría de los afectados por las políticas de deportación no son criminales. En contraste, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) informó sobre la detención de 308 inmigrantes clasificados como “graves criminales” durante el primer día de mandato de Trump. Sin embargo, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) no ofreció detalles sobre estas aprehensiones.
El enfrentamiento entre Budde y Trump refleja las tensiones en torno a las políticas migratorias implementadas por la administración del expresidente, marcando el inicio de un periodo de estrictas medidas contra los migrantes en Estados Unidos.
