Miércoles 16 de Abril, 2025
El Miércoles Santo, también conocido como Miércoles del Espía, recuerda uno de los momentos más oscuros de la Semana Santa: la traición de Judas Iscariote, quien actuó como un espía entre los discípulos de Jesús.
Según los relatos del Nuevo Testamento, tras el Domingo de Ramos, el Sanedrín se reunió en secreto con la intención de arrestar a Jesús antes de la celebración de la Pascua judía (Pésaj). Mientras tanto, Jesús se encontraba en Betania, en casa de Simón el leproso. Allí, durante una comida con sus discípulos, una mujer llamada María ungió su cabeza y sus pies con un perfume de nardo puro, de gran valor.
Este gesto generó críticas entre los presentes, quienes cuestionaban por qué no se había vendido el perfume para ayudar a los pobres. Sin embargo, se afirma que Judas, movido por su avaricia, tenía otras intenciones respecto al dinero. Fue entonces cuando tomó la decisión de acudir al Sanedrín para ofrecerles la entrega de Jesús a cambio de unas monedas de plata.
Desde ese momento, Judas comenzó a buscar la oportunidad perfecta para consumar su traición.