La mosca del Mediterráneo es un insecto de pequeño tamaño, de unos 4-6 mm de longitud. La hembra es fácilmente identificable por su color amarillo-rosado y su prominente ovopositor. El macho, en cambio, es más oscuro y tiene manchas en las alas.
Esta mosca se alimenta y pone sus huevos en una gran variedad de frutas y hortalizas, incluyendo cítricos, mango, guayaba, manzana, pera, melocotón, uva, tomate, pimiento y berenjena, entre otras. Los daños causados por esta mosca son notables, ya que las larvas se alimentan del interior de la fruta, provocando su pudrición y pérdida de calidad.
La mosca del Mediterráneo es una plaga cuarentenaria, lo que significa que su presencia en un área determinada puede impedir la exportación de frutas y hortalizas a otros países. Además, esta plaga puede provocar grandes pérdidas económicas para los agricultores y afectar la seguridad alimentaria.
Existen diversas técnicas para el control de la mosca del Mediterráneo. Una de las más utilizadas es la fumigación con insecticidas. Sin embargo, el uso excesivo de insecticidas puede tener efectos negativos en el medio ambiente y la salud humana. Otras técnicas incluyen el uso de feromonas, trampas, métodos biológicos y culturales, y la esterilización de machos.
Tras su aparición en el país, específicamente en Punta Cana, Rosa Lazala, directora del Departamento de Sanidad Vegetal, del Ministerio de Agricultura, indicó que hasta el momento no se registraron daños en la zona donde fue detectada la especie, ya que no hay producción agrícola.
Asimismo, expresó que actualmente el rango de acción donde está presente el insecto es de unos 200 metros, lo que es muy diminuto para que se origine un brote en el territorio dominicano como sucedió en el 2015.
“No se trata de un brote porque el rango de acción es más grande, así como pasó en la vez anterior en el año 2015 y esta vez sólo tenemos una pequeña introducción temporal”, explicó la experta.
Sostuvo que el país cuenta con el Programa Nacional de Vigilancia, dentro del cual está el de las moscas de las frutas. Además, agregó que la nación cuenta con un sistema debidamente trampeado para evitar la propagación del insecto. Lazala sostuvo que todas las especies capturadas hasta el momento son machos y que se estará aplicando unas hormonas sexuales específicas para atraer a las hembras, que son las que portan mayor riesgo de propagación.
El director ejecutivo de la Organización Internacional de Sanidad Agropecuaria, Raúl Rodas, apuntó que las trampas consisten en la aplicación de una sustancia atrayente para que el insecto vaya hacia ella y lo atrape de manera efectiva.
