Sábado 25 de Enero, 2025
El Departamento del Interior de Estados Unidos anunció oficialmente el cambio de nombre del golfo de México, que ahora será denominado “golfo de América”. Según el comunicado, esta decisión busca resaltar su importancia como un pilar del crecimiento económico del país y honrar su legado histórico.
El anuncio también incluyó el retorno del nombre “Monte McKinley” a la montaña más alta de Norteamérica, conocida hasta ahora como Denali. Este cambio rinde homenaje al 25º presidente estadounidense, William McKinley. De acuerdo con las autoridades, ambos ajustes forman parte de un esfuerzo por restaurar nombres que reflejen los valores históricos y patrióticos de la nación.
Razones detrás del cambio
El comunicado subrayó que el golfo, una de las principales vías comerciales del país, desempeña un papel clave en la economía estadounidense al conectar los mercados nacionales con los internacionales. “Rebautizarlo como golfo de América reafirma su centralidad en nuestra fortaleza económica y su legado en la historia estadounidense”, explicó el Departamento del Interior.
El cambio fue impulsado mediante una orden ejecutiva firmada por el entonces presidente Donald Trump, quien defendió la medida argumentando que Estados Unidos realiza la mayor parte de las actividades económicas en la región. “Es justo llamarlo nuestro, porque es nuestro esfuerzo el que lo sostiene”, señaló Trump en declaraciones previas.
Un legado disputado
La decisión ha provocado una fuerte reacción en México, país que comparte gran parte de la costa del golfo. Históricamente, el nombre “golfo de México” tiene sus raíces en la época prehispánica y se asentó oficialmente durante el siglo XVI. El golfo, que abarca unos 1,6 millones de kilómetros cuadrados, también bordea las costas de Cuba y varias regiones que alguna vez pertenecieron a México antes del Tratado de Guadalupe Hidalgo en 1848.
El cambio ha generado un debate internacional sobre los límites del reconocimiento histórico y la apropiación simbólica, con voces críticas que ven esta acción como un intento de consolidar una visión unilateral del legado regional.