Viernes 11 de Abril, 2025
Zulinka Pérez, hija del fallecido merenguero Rubby Pérez, anunció que interpondrá una demanda contra los propietarios del centro de entretenimiento Jet Set, escenario de la tragedia ocurrida el pasado 8 de abril, donde más de 200 personas perdieron la vida, incluyendo su padre.
Durante una entrevista concedida a Tony Dandrades para el programa Primer Impacto, Zulinka —quien también es corista de la orquesta y estuvo presente durante el desplome del techo— calificó el hecho como “lo más trágico e impactante” que ha experimentado en su vida.
Al ser consultada sobre si planeaba llevar el caso a los tribunales, respondió con firmeza: “Claro que sí, sin pensarlo. ¿Sabes por qué? Porque eso fue negligencia. Si fuera un accidente, no importa, pero eso fue negligencia”.
Aclaró que no busca compensación económica, sino que se haga justicia por la pérdida de tantas vidas. “No es por dinero, no lo necesito. Es por responsabilidad. No solo conmigo, sino con un pueblo, con niños que perdieron a sus padres, con tantas familias que hoy están rotas”.
Zulinka también expresó que, pese a tener estima por Antonio Espaillat, uno de los dueños del lugar, no ha recibido ninguna llamada suya desde la tragedia. “Le tengo cariño, pero esto no es personal, es su empresa”.
La artista reveló que su padre actuaba en el Jet Set mediante un acuerdo fijo, aunque solo los músicos recibían salario: “Mi papá tocaba ahí por nómina”.
Respecto a su relación con Ana Beatriz, la hija menor de Rubby Pérez con la diseñadora Michelle Reynoso, Zulinka afirmó que no existe conflicto. “Es una niña, mi hermana. Hubo situaciones, pero ya todo eso pasó”.
Recuerdo del desastre
Con la voz entrecortada, Zulinka relató que vivió una de las escenas más desgarradoras de su vida. “Estaban mi papá, mi esposo, mis amigos. Fue un desastre total”.
Durante la interpretación del tema “Color de rosas”, que usualmente canta sola, le pidió a su padre que la acompañara debido a una reciente cirugía. Aceptó, pero con la condición de que cada uno usara su micrófono, algo que nunca antes habían hecho.
Mientras cantaban, Zulinka notó un extraño movimiento en el público y alertó a su esposo, también miembro de la orquesta. Intentó advertirle a su padre, pero este no la vio porque tenía la costumbre de cerrar los ojos mientras interpretaba.
Uno de los detalles más alarmantes fue que la salida de emergencia estaba cerrada. “No sé de dónde saqué fuerzas, porque la puerta trasera no abría. Los músicos golpeaban desesperadamente hasta que alguien quitó el pestillo”.
Finalmente, relató que tras ver caer una viga sobre su padre, logró salir guiándose por un pequeño agujero por donde entraba luz.
