Lunes 29 de Septiembre 2025
Santo Domingo.– Este lunes 29 de septiembre, la conmemoración del Día de San Miguel Arcángel reúne en un mismo escenario dos expresiones de devoción que conviven en la cultura dominicana: la católica y la de origen afrocaribeño.
En la parroquia San Miguel, ubicada en la calle José Reyes de la Zona Colonial, los feligreses asisten desde tempranas horas a las eucaristías, encienden velones y depositan flores en honor al “príncipe de los ejércitos celestiales”. Para muchos creyentes, San Miguel es un intercesor poderoso en batallas espirituales, sanidad y protección.
A pocos metros de allí, la celebración adquiere otro matiz. Santeros y practicantes del vudú dominicano, conocido como las 21 divisiones, rinden culto a “Belié Belcán”, deidad asociada al arcángel. Entre atabales, palos, salves, ron, tabacos y bizcocho, la música y los cantos impregnan el ambiente, mostrando la fuerza del sincretismo que ha marcado la identidad religiosa del país.
Los comerciantes también se hacen presentes con ventas de estampas, rosarios, cuadros, velones y tabacos, artículos muy demandados en esta jornada que convoca a cientos de personas.
Más allá de la capital, la fiesta se replica en comunidades como San Cristóbal, Barahona, Puerto Plata y sectores del Gran Santo Domingo, donde procesiones, bailes y ofrendas mantienen viva la tradición.
La Iglesia Católica recuerda que a San Miguel se le atribuyen cuatro misiones: enfrentarse a Satanás, rescatar las almas de los fieles, ser defensor del pueblo de Dios y guiar a las almas en el juicio final. Sin embargo, en el imaginario popular dominicano su figura trasciende lo estrictamente religioso y se convierte en símbolo de resistencia y herencia africana, legado de los esclavos que lo incorporaron a sus prácticas espirituales, transformándolo en uno de los íconos más venerados del sincretismo religioso en el país.